lunes, 8 de septiembre de 2025

Kids on the slope, o aquel verano en el que...

 ¡Muy buenas!

Estoy de vuelta con otra entrada sobre algunas de las cosas que he leído o, en este caso, releído últimamente. Cuando lo leí por primera vez, le hice una reseña bastante apañadita que os dejo linkeada por si queréis saber si es el tipo de obra que os podría gustar o no. Tal como comenté en este post, ahora me gustaría más centrarme en qué sentimientos/reflexiones me ha despertado la obra, más allá de valorarla en su conjunto.

Título en español: Kids on the Slope
Nombre Original: Sakamichi no Apollon
Autora: Yuki Kodama
Año: 2007-2012
Editorial: Milky Way
Demografía: Josei
Género: Música, Romance, Slice of life, Amistad
Tomos: 9+1 (Bonus Track)
Traductor: Marc Bernabé

SINOPSIS: A principios de verano de 1966, Kaoru se muda desde Yokosuka y entra en un instituto de provincias. Para alguien como él, que ha cambiado de escuela continuamente desde su infancia, el instituto es ahora un lugar de sufrimiento. Sin embargo, en su primer día conoce a un chico muy peculiar, ¡y el día a día de Kaoru empieza a experimentar un cambio radical! (Goodreads)


Me he puesto a releer la reseña que le hice en su momento y me ha dado nostalgia porque casi podía imaginarme a mí misma escribiéndola (allá por 2016, estaría yo en la universidad, con la despreocupación típica de esa etapa de la vida). De hecho, ese mismo sentimiento es el que afloraba constantemente en mí cuando releía este manga (ya tocaba, haciendo casi 10 años desde que me acerqué a él por primera vez).

Incluso aunque abarca varios años y momentos en la vida de los personajes, no puedo evitar que Sakamichi no Apollon me recuerde al verano (quizá el opening de su adaptación en anime tiene parte de la culpa), no a los veranos reales que experimentamos cada año, sino a ese verano idealizado e inmaterial que se imprime en nuestra memoria con el paso del tiempo, y que lima las asperezas de los momentos vividos para cristalizarlos en algo perfecto, nostálgico y, por tanto, irrepetible (otra historia que captura muy bien esto es la novela Tsugumi, de Banana Yoshimoto).

Yo, por ejemplo, recuerdo vagamente algunas de las cosas que pasaron durante mis veranos, pero tengo grabado a fuego un momento en el que yo simplemente estaba andando por la carretera hacia la puerta de la urbanización donde veraneaba. No sucedió gran cosa, no obstante, lo que experimentaba en ese instante es lo que dejó huella en mi memoria: esa sensación tan propia de la infancia, de que el tiempo es mayor de lo que realmente es, como si el verano durara más que unas pocas semanas. Quizá lo que de verdad añoro de esa época es esa forma de concebir del tiempo que perdemos cuando nos hacemos mayores.


Sakamichi está ambientado en los años 60 y, pese a todos los conflictos históricos que se daban por aquel entonces, al final te seduce con aquello de "cualquier tiempo pasado fue mejor". Sus viñetas saben capturar la magia de esos momentos que convertimos en tótems de nuestra memoria, como cuando Kaoru conoce a Sentaro levantando aquella sábana, cuando van a la playa a buscar cangrejos o cuando los tres amigos pasan una tarde juntos entre risas y notas musicales.

Alguna vez me he preguntado por qué los japoneses publican tantas historias ambientadas en la adolescencia y por qué romantizan tanto esa etapa, como si fuera su último momento de libertad antes de dar el salto a la vida adulta. Curioso, teniendo en cuenta que ya en el propio instituto reciben mucha presión para estudiar, estudiar y más estudiar (¿os suena la frase "No tengo tiempo para tener novia, tengo exámenes"?) y cosas tan sencillas como salir por ahí con los amigos se ven como un lujo que no pueden permitirse porque se podrían jugar su futuro. Supongo que por lo que ya he comentado antes: la forma en que nuestra memoria tiende a eliminar los aspectos menos felices de ciertos recuerdos para poder conservarlos impolutos.


Contradicciones aparte, es difícil no contagiarse de esa visión tan idílica que dan este tipo de historias porque yo, incluso aunque recuerdo mi adolescencia con muchos baches emocionales por la intensidad con la que vivimos esta etapa, también es inevitable que me surja una sonrisa cuando escarbo y recupero algunos instantes que solo a posteriori he podido identificar como felicidad.

Tampoco es plan de quedarnos a vivir en la nostalgia, pero sin duda hay que reconocer el mérito de Yuki Kodama (¿por qué no hemos tenido nada más de esta señora en España? Que alguien me lo explique) para ser capaz de recrear esos momentos nostálgicos en los que el pasado brilla tanto que es inevitable querer extender la mano para intentar alcanzar la fantasía de que todo era perfecto, aunque lo que en verdad añoremos sea una versión nuestra más despreocupada y con otra forma de mirar el mundo.



En fin, turras aparte, no quiero terminar sin comentar un poco las cosas que he visto algo diferentes en esta relectura: por un lado, Kaoru me ha parecido que a veces toma decisiones bastante cuestionables y fruto de berrinches, pero claro: ¿Cómo no ser inmaduro cuando se es adolescente? Por mucho que muchas obras de ficción se empeñen en representar a los jóvenes casi como adultos, es una etapa en la que es normal comportarse con egoísmo y dar un poco de vergüenza ajena (o mucha) porque lo vives todo mucho más dramáticamente.

También me ha servido para reconocer que fui bastante injusta con Ricchan, que siempre ha sido mi personaje "menos favorito" del manga, cuando la pobre chica no tiene la culpa de que no le propongan unirse a las sesiones de música y suficiente tiene que aguantar a los otros dos que (les quiero mucho, no me malinterpretéis pero) más de una vez actúan poniendo a prueba su paciencia y la culpan de cosas que no ha hecho. #JusticiaParaRicchan

PD: Que leáis Kids on the slope, leñe. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes comentar, hacer una crítica, dar tu opinión...
Pero recuerda:
-Spoilers debidamente marcados
-No faltes al respeto a los demás bloggeros o a mí, ya que todo el mundo tiene derecho a expresar su opinión pero sin pasarse de la ralla
-NO dejes comentarios SPAM
-Los libros/mangas que reseño los he leído en físico así que no me pidáis que os los pase en PDF ni que os diga dónde leerlos porque no lo sé. En caso de que lo hubiese leído por scans o estuviera descatalogado, el link ya estaría incluido en la entrada.

Si cumples estos requisitos... ¡eres bienvenid@!

*Este blog lleva abierto desde 2011 por lo que no todas las opiniones expresadas en él me representan a día de hoy. Por favor, tened en cuenta la fecha del post antes de comentarlo.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...