La verdad es que no pensaba volver a dejarme caer por aquí de esta manera, pero las cosas han salido como han salido. Cuando dejé este espacio en stand-by no lo consideraba una despedida definitiva, pero sí un punto de inflexión, ya que si volvía seguramente sería para cosas esporádicas y no para retomar el blog con la cadencia de antaño. Pero bueno, ya que este rinconcito sigue aquí, ¿qué menos que aprovecharlo en un momento como este?
Por un lado, me sabe un poco mal ponerme a hablar aquí de cosas de mi vida privada, porque este ha sido siempre un espacio donde compartir principalmente mis aficiones. Pero al mismo tiempo es el único espacio donde he podido expresar abiertamente mis pensamientos y mi forma de ver el mundo; además de que en los años que estuve aquí sí que sentí que no era un lugar donde la gente se metiera solo por los temas que trataba, sino por cómo hablaba de ellos y había un interés real por mi punto de vista y mi forma de valorar las cosas. Para algo es un blog personal, supongo.
Si me está leyendo alguien de los que todavía sigue publicando alguna cosa en Blogger, igual todo esto os suena redundante, pero vengo de pasar una etapa en la que realmente importaba más el "qué" que el "quién", así que se me ha acrecentado la necesidad con los años de recuperar mi voz y volver a hablar libremente de temas en los que tengo un interés real, sin sentir que me están haciendo un favor o que no es lo que se espera de mí.
Aunque para la gente mínimamente cercana a mí sobren las explicaciones aquí, para el resto supongo que todo esto ya se está pasando de críptico, pero tampoco voy a ser más concreta porque: capitalismo. No quiero más dolores de cabeza de los que ya tengo, pero al mismo tiempo creo que ya he sacrificado suficiente salud mental en esto como para encima dejar que la bomba me estalle dentro.
Como decía, el motivo por el que me estoy asomando otra vez por estos lares no es otro que la necesidad imperiosa de recuperar un espacio que sea solo mío, ya que ahora voy a tener más tiempo puesto que me han echado de mi trabajo. Lo cierto es que comencé a escribir este post la semana pasada en pleno calentón y vomité una cantidad ingente de mierda sin ningún filtro. Ahora que he dejado pasar el tiempo, he optado por recoger la bilis y no dedicarle más espacio aquí a la causa de que los últimos meses hayan sido una frustración constante para mí. A buen entendedor...
Todo esto venía a cuento de que, frente a este periodo de incertidumbre que se me viene encima, pues he decidido seguir el consejo de una amiga y, en vez de salir a patear contenedores, voy a darle un poco de vidilla al blog y a intentar recuperar la costumbre de escribir por aquí. No creo que siga el mismo estilo que antes, porque tampoco me nacería hacerlo. Ahora me gustaría hacer posts más libres, que no sigan una estructura tan marcada como las reseñas que escribía antes, sino que más bien me gustaría escribir sobre qué reflexiones me ha despertado una obra o algún aspecto en concreto que me haya llegado de manera especial. ¿Una excusa para divagar? Es probable.
Así que sí, me gustaría resucitar otra vez este lugar, para poder hablar libremente de las cosas que me apasionan y sobre las que de verdad tengo algo que decir (ya sabéis, cine, series, libros, manganime y cómics). Sé que a estas alturas no es que lo que yo escriba vaya a llegar a mucha gente (Blogger ya llevaba años agonizando cuando me fui, ni me imagino ahora como está la cosa), pero la simple idea de poder escribir sobre lo que me dé la gana y como me dé la gana ya me reconforta de formas que no soy capaz de explicar.
Es un poco feo que haya tenido que pasar todo esto para que me decidiera por fin a darle el lavado de cara necesario al blog (que acabó cayendo en la monotonía durante su último periodo de actividad, lamentablemente), pero quiero creer que nunca es tarde. No sé cuánto durará esto, ni con qué periodicidad lo voy a hacer, ya veré sobre la marcha. Ahora más que nunca necesito un lugar tranquilo en el que recordarme lo mucho que me gusta escribir (quizá, la única cosa de la que nunca he dejado de estar segura, a pesar de todo).
¡Nos leemos!